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El sector tecnológico cada vez más interviene en la manera en la que las organizaciones llevan a cabo sus procesos. La inteligencia artificial y la automatización de procesos son herramientas muy utilizadas hoy en día, pero también significa una reducción en la necesidad de personal humano para llevar a cabo ciertos procesos.

Lejos de ser perjudicial, es una gran oportunidad para que las personas puedan centrarse en procesos más interesantes e innovadores, y dejar atrás los procesos rutinarios que bien pueden ser resueltos por medios tecnológicos. Ante este escenario, el camino laboral actual está mayormente enfocado en contar con personal con habilidades que respondan mejor a los procesos creativos e innovadores, que nada tienen que ver con procesos rutinarios.

Adaptabilidad.

El cambio y las situaciones desconocidas pueden ser aterradores, sobre todo cuando la persona se resiste a aceptar y enfrentar dichas situaciones. Sin embargo, hoy en día la capacidad de adaptarse al cambio y enfrentar nuevos retos es fundamental para los equipos de trabajo.

Ante una realidad en la que los avances tecnológicos crecen con mayor facilidad, la incertidumbre se convierte también en un factor relevante para cualquier sector. Es por ello que las organizaciones buscan contar con equipos de trabajo que tengan las habilidades necesarias para adaptarse y aportar soluciones a proyectos que son cada vez más complejos. Un equipo adaptable entiende que los cambios pueden traer grandes beneficios, siempre que encuentre la manera de aprovecharlos.

Aprendizaje continuo.

El mundo cambia cada vez más rápido, lo suficiente para que mantenerse estático pueda significar totalmente contraproducente. Si nuestro alrededor crece, hay que buscar crecer a la par, y para ello es de vital importancia seguir aprendiendo en todo momento.

Una constante preparación profesional es necesaria para mantenerse actualizado, pero la colaboración con el equipo de trabajo también puede traer grandes beneficios. Escuchar y aprender de cada uno de los especialistas en su área puede ampliar el panorama de posibilidades para la solución de un mismo problema. La clave es evitar conformarse con la experticia personal adquirida hasta el momento, y no dejar de aprender.

Toma de decisiones.

Las organizaciones que operan basadas en conceptos ágiles, entienden que cada miembro del equipo es especialista en su área, lo que le permite conocer mejor que nadie los procesos a los que se enfrenta, y lo vuelve el candidato ideal para tomar las decisiones correspondientes, sin esperar que alguien más lo haga.

Para que un miembro del equipo tenga la iniciativa de tomar decisiones, es necesario ser autoorganizado y aprender lo mejor posible acerca de los procesos a los que se enfrenta, sin dejar de lado la capacidad de experimentación e innovación que pueden acompañar una decisión que busca la mejor solución.

Inteligencia emocional.

Para llevar a cabo proyectos funcionales, es necesario entender y saber identificar las necesidades de los clientes, por lo que habilidades como mantener una buena comunicación y ser empático son de gran importancia cuando se trata de colaborar.

Una persona con buena inteligencia emocional, que sabe resolver desacuerdos, escuchar, y valorar el trabajo de los demás, siempre va a ser un miembro valioso del equipo, sobre todo en un entorno tecnológico en el que las capacidades más humanas deben ser un elemento imperdible.

Emmanuel Reyes

Author Emmanuel Reyes

Me apasiona la excelencia y la innovación; mi misión es llevar tu proyecto al éxito de la mano del mejor equipo para garantizar el 100% del resultado. +15 años de experiencia en desarrollo de software. Certificación Scrum Fundamentals, Master, Product Owner & Trainer

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